1 | LIBRO I | Hernando de Soto pide la conquista de la Florida al emperador Carlos V |
2 | LIBRO I | Descripción de la Florida y quién fue el primer descubridor de ella, y el segundo, y tercero |
3 | LIBRO I | De otros descubridores que a la Florida han ido |
4 | LIBRO I | De otros más que han hecho la misma jornada de la Florida y de las costumbres y armas en común de los naturales de ella |
5 | LIBRO I | Publícanse en España las provisiones de la conquista y del aparato grande que para ella se hace |
6 | LIBRO I | Del número de gente y capitanes que para la Florida se embarcaron |
7 | LIBRO I | Lo que sucedió a la armada la primera noche de su navegación |
8 | LIBRO I | Llega la armada a Santiago de Cuba, y lo que a la nao capitana sucedió a la entrada del puerto |
9 | LIBRO I | Batalla naval de dos navíos que duró cuatro días dentro en el puerto de Santiago de Cuba |
10 | LIBRO I | Prosigue el suceso de la batalla naval hasta el fin de ella |
11 | LIBRO I | De las fiestas que al gobernador hicieron en Santiago de Cuba |
12 | LIBRO I | Las provisiones que el gobernador proveyó en Santiago de Cuba, y de un caso notable de los naturales de aquellas islas |
13 | LIBRO I | El gobernador va a La Habana, y las prevenciones que en ella hace para su conquista |
14 | LIBRO I | Llega a La Habana una nao en la cual viene Hernán Ponce, compañero del gobernador |
15 | LIBRO I | Las cosas que pasan entre Hernán Ponce de León y Hernando de Soto, y cómo el gobernador se embarcó para la Florida |
16 | Primera parte | El gobernador llega a la Florida y halla rastro de Pánfilo de Narváez |
17 | Primera parte | De los tormentos que un cacique daba a un español esclavo suyo |
18 | Primera parte | Prosigue la mala vida del cautivo cristiano y cómo se huyó de su amo |
19 | Primera parte | De la magnanimidad del curaca o cacique Mucozo, a quien se encomendó el cautivo |
20 | Primera parte | Envía el gobernador por Juan Ortiz |
21 | Primera parte | Lo que sucedió a Juan Ortiz con los españoles que por él iban |
22 | Primera parte | La fiesta que todo el ejército hizo a Juan Ortiz, y cómo vino Mucozo a visitar al gobernador |
23 | Primera parte | Viene la madre de Mucozo muy ansiosa por su hijo |
24 | Primera parte | De las Prevenciones que para el descubrimiento se hicieron y cómo prendieron los indios un español |
25 | Primera parte | Cómo se empieza el descubrimiento y la entrada de los españoles la tierra adentro |
26 | Primera parte | Lo que sucedió al teniente general yendo a prender a un curaca |
27 | Primera parte | La relación que Baltasar de Gallegos envió de lo que había descubierto |
28 | Primera parte | Pasan mal dos veces la ciénaga grande y el gobernador sale a buscarle paso y lo halla |
29 | Primera parte | Lo que pasaron los dos españoles en su viaje hasta que llegaron al real |
30 | Primera parte | Salen treinta lanzas con el socorro del bizcocho en pos del gobernador |
31 | Primera parte | Descomedida respuesta del señor de la provincia Acuera |
32 | Primera parte | Llega el gobernador a la provincia Ocali y lo que en ella sucedió |
33 | Primera parte | De otros sucesos que acaecieron en la provincia de Ocali |
34 | Primera parte | Hacen los españoles una puente y pasan el río de Ocali y llegan [a] Ochile |
35 | Primera parte | Viene de paz el hermano del curaca Ochile y envían embajadores a Vitachuco |
36 | Primera parte | De la soberbia y desatinada respuesta de Vitachuco, y cómo sus hermanos van a persuadirle a la paz |
37 | Primera parte | Vitachuco sale de paz, y arma traición a los españoles, y la comunica a los intérpretes |
38 | Primera parte | Vitachuco manda a sus capitanes concluyan la traición, y pide al gobernador salga a ver su gente |
39 | Primera parte | Cómo prendieron a Vitachuco, y el rompimiento de batalla que hubo entre indios y españoles |
40 | Primera parte | Del espacioso rendirse de los indios vencidos y de la constancia de siete de ellos |
41 | Primera parte | De lo que el gobernador pasó con los tres indios señores de vasallos y con el curaca Vitachuco |
42 | Primera parte | Donde responde a una objeción |
43 | Primera parte | De un desatino que Vitachuco ordenó para matar los españoles y causó su muerte |
44 | Primera parte | De la extraña batalla que los indios presos tuvieron con sus amos |
45 | Primera parte | El gobernador pasa a Osachile |
46 | Segunda parte | Llegan los españoles a la famosa provincia de Apalache, y de la resistencia de los indios |
47 | Segunda parte | Ganan los españoles el paso de la ciénaga, y la mucha y brava pelea que hubo en ella |
48 | Segunda parte | De la continua pelea que hubo hasta llegar al pueblo principal de Apalache |
49 | Segunda parte | Tres capitanes van a descubrir la comarca de Apalache y la relación que traen |
50 | Segunda parte | De los trabajos que pasó Juan de Añasco para descubrir la costa de la mar |
51 | Segunda parte | El capitán Juan de Añasco llegó a la bahía de Aute, y lo que halla en ella |
52 | Segunda parte | Apercíbense treinta lanzas para volver a la bahía de Espíritu Santo |
53 | Segunda parte | Lo que hicieron los treinta caballeros hasta llegar a Vitachuco, y lo que en ella hallaron |
54 | Segunda parte | Prosigue el viaje de las treinta lanzas hasta llegar al río de Ochile |
55 | Segunda parte | El gobernador prende al curaca de Apalache |
56 | Segunda parte | El cacique de Apalache va con orden del gobernador a reducir sus indios |
57 | Segunda parte | El cacique de Apalache, siendo tullido, se huyó a gatas de los españoles |
58 | Segunda parte | El suceso del viaje de los treinta caballeros hasta llegar a la ciénaga grande |
59 | Segunda parte | Del trabajo incomportable que los treinta caballeros pasaron al pasar de la ciénaga grande |
60 | Segunda parte | Que cuenta el viaje de los treinta caballeros hasta llegar media legua del pueblo de Hirrihigua |
61 | Segunda parte | Llegan los treinta caballeros donde está el capitán Pedro Calderón y cómo fueron recibidos |
62 | Segunda parte | De las cosas que los capitanes Juan de Añasco y Pedro Calderón ordenaron en cumplimiento de lo que el general les había mandado |
63 | Segunda parte | Sale Pedro Calderón con su gente, y el suceso de su camino hasta llegar a la ciénaga grande |
64 | Segunda parte | Pedro Calderón pasa la ciénaga grande y llega a la de Apalache |
65 | Segunda parte | Prosigue el camino Pedro Calderón, y la continua pelea de los enemigos con él |
66 | Segunda parte | Pedro Calderón, con la porfía de su pelea, llega donde está el gobernador |
67 | Segunda parte | Juan de Añasco llega a Apalache y lo que el gobernador proveyó para descubrir puerto en la costa |
68 | Segunda parte | El gobernador envia relación de su descubrimento a La Habana |
69 | Segunda parte | Dos indios se ofrecieron a guiar los españoles donde hallen mucho oro |
70 | Segunda parte | De algunos trances de armas que acaecieron en Apalache, y de la fertilidad de aquella provincia |
71 | LIBRO IV | Sale el gobernador de Apalache y dan una batalla de siete a siete |
72 | LIBRO IV | Llegan los españoles a Altapaha y de la manera que fueron hospedados |
73 | LIBRO IV | De la provincia Cofa y de su cacique y de una pieza de artillería que le dejaron en guarda |
74 | LIBRO IV | Trata del curaca Cofaqui y del mucho regalo que a los españoles hizo en su tierra |
75 | LIBRO IV | Patofa promete venganza a su curaca, y cuéntase un caso extraño que acaeció en un indio guía |
76 | LIBRO IV | El gobernador y su ejército se hallan en mucha confusión por verse perdidos en unos desiertos y sin comida |
77 | LIBRO IV | Van cuatro capitanes a descubrir la tierra, y un extraño castigo que Patofa hizo a un indio |
78 | LIBRO IV | De un cuento particular acerca de la hambre que los españoles pasaron, y cómo hallaron comida |
79 | LIBRO IV | Llega el ejército donde hay bastimento |
80 | LIBRO IV | Sale la señora de Cofachiqui a hablar al gobernador y ofrece bastimento y pasaje para el ejército |
81 | LIBRO IV | Pasa el ejército el río de Cofachiqui, y alójase en el pueblo y envían a Juan de Añasco por una viuda |
82 | LIBRO IV | Degüéllase el indio embajador y Juan de Añasco pasa adelante en su camino |
83 | LIBRO IV | Juan de Añasco se vuelve al ejército sin la viuda, y lo que hubo acerca del oro y plata de Cofachiqui |
84 | LIBRO IV | Los españoles visitan el entierro de los nobles de Cofachiqui y el de los curacas |
85 | LIBRO IV | Cuenta las grandezas que se hallaron en el templo y entierro de los señores de Cofachiqui |
86 | LIBRO IV | Que prosigue las riquezas del entierro y el depósito de armas que en él había |
87 | LIBRO IV | Sale de Cofachiqui el ejército dividido en dos partes |
88 | LIBRO IV | Del suceso que tuvieron los tres capitanes en su viaje y cómo llegó el ejército a Xuala |
89 | LIBRO IV | Donde se cuentan algunas grandezas de ánimo de la señora de Cofachiqui">CAPÍTULO |
90 | LIBRO IV | Sucesos del ejército hasta llegar a Guaxule y a Ychiaha |
91 | LIBRO IV | Cómo sacan las perlas de sus conchas, y la relación que trajeron los descubridores de las minas de oro |
92 | LIBRO IV | El ejército sale de Ychiaha y entra en Acoste y en Coza, y el hospedaje que en estas provincias se les hizo |
93 | LIBRO IV | Ofrece el cacique Coza su estado al gobernador para que asiente y pueble en él, y cómo el ejército sale de aquella provincia |
94 | LIBRO IV | Del bravo curaca Tascaluza, casi gigante, y cómo recibió al gobernador |
95 | LIBRO IV | Llega el gobernador a Mauvila y halla indicios de traición |
96 | LIBRO IV | Resuélvense los del consejo de Tascaluza de matar los españoles; cuéntase el principio de la batalla que tuvieron |
97 | LIBRO IV | Do se cuentan los sucesos de la batalla de Mauvila hasta el primer tercio de ella |
98 | LIBRO IV | Que prosigue la batalla de Mauvila hasta el segundo tercio de ella |
99 | LIBRO IV | Cuenta el fin de la batalla de Mauvila y cuán mal parados quedaron los españoles |
100 | LIBRO IV | Las diligencias que los españoles en socorro de sí mismos hicieron y de dos casos extraños que sucedieron en la batalla |
101 | LIBRO IV | Del número de los indios que en la batalla de Mauvila murieron |
102 | LIBRO IV | Lo que hicieron los españoles después de la batalla de Mauvila, y de un motín que entre ellos se trataba |
103 | LIBRO IV | El gobernador se certifica del motín y trueca sus propósitos |
104 | LIBRO IV | Dos leyes que los indios de la Florida guardaban contra las adúlteras |
105 | LIBRO IV | Salen de Mauvila los españoles y entran en Chicaza y hacen piraguas para pasar un río grande |
106 | LIBRO IV | Alójanse los nuestros en Chicaza |
107 | LIBRO IV | Prosigue la batalla de Chicaza hasta el fin de ella |
108 | LIBRO IV | Hechos notables que pasaron en la batalla de Chicaza |
109 | LIBRO IV | De una defensa que un español inventó contra el frío que padecían en Chicaza |
110 | LIBRO V | Salen los españoles del alojamiento Chicaza y combaten el fuerte de Alibamo |
111 | LIBRO V | Prosigue la batalla del fuerte hasta el fin de ella |
112 | LIBRO V | Por falta de sal mueren muchos españoles, y cómo llegan a Chisca |
113 | LIBRO V | Los españoles vuelven el saco al curaca Chisca y huelgan de tener paz con él |
114 | LIBRO V | Salen los españoles de Chisca y hacen barcas para pasar el Río Grande y llegan a Casquín |
115 | LIBRO V | Hácese una solemne procesión de indios y españoles para adorar la cruz |
116 | LIBRO V | Indios y españoles van contra Capaha |
117 | LIBRO V | Saquean los casquines el pueblo y entierro de Capaha, y van en su busca |
118 | LIBRO V | Huyen los casquines de la batalla y Capaha pide paz al gobernador |
119 | LIBRO V | Apadrina el gobernador a Casquín dos veces y hace amigos los dos curacas |
120 | LIBRO V | Envían los españoles a buscar sal y minas de oro, y pasan a Quiguate |
121 | LIBRO V | Llega el ejército a Colima, halla invención de hacer sal y pasa a la provincia Tula |
122 | LIBRO V | De la extraña fiereza de ánimo de los tulas, y de los trances de armas que con ellos tuvieron los españoles |
123 | LIBRO V | Batalla de un indio tula con tres españoles de a pie y uno de a caballo |
124 | LIBRO V | Los españoles salen de Tula y entran en Utiangue; alojándose en ella para invernar |
125 | LIBRO V | Del buen invierno que se pasó en Utiangue y de una traición contra los españoles |
126 | Primara parte | Entran los españoles en Naguatex y uno de ellos se queda en ella |
127 | Primara parte | De las diligencias que se hicieron por haber a Diego de Guzmán, y de su respuesta y la del curaca |
128 | Primara parte | Sale el gobernador de Guancane, pasa por otras siete provincias pequeñas y llega a la de Anilco |
129 | Primara parte | Entran los españoles en Guachoya |
130 | Primara parte | Cómo guachoya visita al general y ambos vuelven sobre anilco |
131 | Primara parte | Prosiguen las crueldades de los guachoyas y cómo el gobernador pretende pedir socorro |
132 | Primara parte | Do se cuenta la muerte del gobernador y el sucesor que dejó nombrado |
133 | Primara parte | Dos entierros que hicieron al adelantado Hernando de Soto |
134 | Segunda parte | Determinaron los españoles desamparar la Florida y salirse de ella |
135 | Segunda parte | De algunas supersticiones de indios, así de la Florida como del Perú, y cómo los españoles llegan a Auche |
136 | Segunda parte | Los españoles matan a la guía |
137 | Segunda parte | Dos indios dan a entender que desafían a los españoles a batalla singular |
138 | Segunda parte | Vuelven los españoles en demanda del Río Grande y los trabajos que en el camino pasaron |
139 | Segunda parte | De los trabajos incomportables que los españoles pasaron hasta llegar al Río Grande |
140 | Segunda parte | Los indios desamparan dos pueblos donde se alojan los españoles para invernar |
141 | Segunda parte | Dos curacas vienen de paz |
142 | Segunda parte | Hacen liga diez curacas contra los españoles y el apu Anilco avisa de ella |
143 | Segunda parte | Guachoya habla mal de Anilco ante el gobernador y Anilco le responde y desafía a singular batalla |
144 | Segunda parte | Hieren los españoles un indio espía y la queja que sobre ello tuvieron los curacas |
145 | Segunda parte | Diligencia de los españoles en hacer los bergantines, y de una bravísima creciente del Río Grande |
146 | Segunda parte | Envían un caudillo español al curaca Anilco por socorro para acabar los bergantines |
147 | Segunda parte | Sucesos que durante el crecer y menguar del Río Grande pasaron, y el aviso que de la liga dio Anilco |
148 | Segunda parte | El castigo que a los embajadores de la liga se les dio y las diligencias que los españoles les hicieron hasta que se embarcaron |
149 | LIBRO VIII | Eligen capitanes para las carabelas y embárcanse los españoles para su navegación |
150 | LIBRO VIII | Maneras [de] balsas que los indios hacían para pasar los ríos |
151 | LIBRO VIII | Del tamaño de las canoas, y la gala y orden que los indios sacaron en ellas |
152 | LIBRO VIII | La manera de pelear que los indios tuvieron con los españoles por el río abajo |
153 | LIBRO VIII | Lo que sucedió el onceno día de la navegación de los españoles |
154 | LIBRO VIII | Llegan los indios casi a rendir una carabela, y el desatino de un español desvanecido |
155 | LIBRO VIII | Matan los indios cuarenta y ocho españoles por el desconcierto de uno de ellos |
156 | LIBRO VIII | Los indios se vuelven a sus casas y los españoles navegan hasta reconocer la mar |
157 | LIBRO VIII | Número de las leguas que los españoles entraron la tierra adentro |
158 | LIBRO VIII | De una batalla que los españoles tuvieron con los indios de la costa |
159 | LIBRO VIII | Hacen a la vela los españoles, y el suceso de los primeros veinte y tres días de su navegación |
160 | LIBRO VIII | Prosigue la navegación hasta los cincuenta y tres días de ella, y de una tormenta que les dio |
161 | LIBRO VIII | De una brava tormenta que corrieron dos carabelas y cómo dieron al través en tierra |
162 | LIBRO VIII | Lo que ordenaron los capitanes y soldados de las dos carabelas |
163 | LIBRO VIII | Lo que sucedió a los tres capitanes exploradores |
164 | LIBRO VIII | Saben los españoles que están en tierra de México |
165 | LIBRO VIII | Júntanse los españoles en Pánuco |
166 | LIBRO VIII | Cómo los españoles fueron a México y de la buena acogida que aquella insigne ciudad les hizo |
167 | LIBRO VIII | Dan cuenta al visorrey de los casos más notables que en la Florida sucedieron |
168 | LIBRO VIII | Nuestros españoles se derramaron por diversas partes del mundo, y lo que Gómez Arias y Diego Maldonado trabajaron por saber nuevas de Hernando de Soto |
169 | LIBRO VIII | Prosigue la peregrinación de Gómez Arias y Diego Maldonado |
170 | LIBRO VIII | Del número de los cristianos seglares y religiosos que en la Florida han muerto hasta el año de mil y quinientos y sesenta y ocho |