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Fairly Difficult

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De las cosas que los capitanes Juan de Añasco y Pedro Calderón ordenaron en cumplimiento de lo que el general les había mandado

El curaca Mucozo se entretuvo con Juan de Añasco y los demás españoles cuatro días, en los cuales, y en los demás que los nuestros estuvieron en el pueblo de Hirrihigua, no cesaron sus indios de llevar a su tierra, yendo y viniendo como hormigas, todo lo que los españoles, por no lo poder llevar consigo, habían de dejar en aquel pueblo, que era mucha cantidad, porque de solo cazavi, que es el pan de aquella isla de Santo Domingo y Cuba y sus circunvecinas, les quedó más de quinientos quintales, sin otra mucha cantidad de capas, sayos, jubones, calzones, calzas y calzado de todas suertes: zapatos, borceguíes y alpargates.
Y de armas había muchas corazas, rodelas, picas y lanzas y morriones, que de todas estas cosas, como el gobernador era rico, llevó gran abundancia, sin las otras que eran menester para los navíos, como velas, jarcias, pez, estopa y sebo, sogas, espuertas, serones, áncoras y gúmenas, mucho hierro y acero que, aunque de estas cosas el gobernador llevó consigo lo que pudo llevar, quedó mucha cantidad, y, como Mucozo era amigo, holgaron los españoles que se las llevase, y así lo hicieron sus indios y quedaron ricos y contentos.