Prosigue el suceso de la batalla naval hasta el fin de ella
Venido el cuarto día, habiéndose hecho salva con los tiros y saludándose con palabras del un navío al otro, según costumbre de mareantes, volvieron españoles y franceses a la porfía de la batalla con el mismo ánimo y esfuerzo que los tres días pasados, aunque con menos fuerzas, porque andaban ya muy cansados y muchos de ellos mal heridos. Mas el deseo de la honra, que en los ánimos generosos puede mucho, les daba esfuerzo y vigor para sufrir y llevar tanto trabajo.
Todo este día pelearon como los pasados, apartándose solamente para comer y descansar y curar los heridos, y luego volvían a la batalla, como de nuevo, hasta que la noche los puso en paz.
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