Pedro Calderón pasa la ciénaga grande y llega a la de Apalache
Volviendo a tomar el hilo de nuestro camino, decimos que los indios que salían del monte a inquietar los españoles en su alojamiento se contentaron con haber muerto el caballo de Gonzalo Silvestre y con haber perdido el indio que lo mató, que debía ser principal entre ellos, pues, viéndole muerto, se retiraron luego y no volvieron más.
Los castellanos llegaron otro día, después de este suceso, al paso de la ciénaga grande, donde pasaron aquella noche, y luego, el día siguiente sin contradicción de los enemigos la pasaron con no más trabajo del que ella daba de suyo, que era harto grande.
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