Dos días después de lo que hemos dicho, vino la madre de Mucozo muy ansiosa y fatigada de que su hijo estuviese en poder de los castellanos, la cual por haber estado ausente, no supo la venida del hijo a ver al gobernador, que no se lo consintiera.
Y así las primeras palabras que al general dijo fueron que le diese el hijo antes que hiciese de él lo que Pánfilo de Narváez había hecho de Hirrihigua, y que, si pensaba hacer lo mismo, que diese libertad a su hijo, que era mozo, y en ella, que era vieja, hiciese lo que quisiese, que ella sola llevaría la pena de ambos.
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