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Fairly Difficult

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Juan de Añasco se vuelve al ejército sin la viuda, y lo que hubo acerca del oro y plata de Cofachiqui

Nuestros españoles, habiendo oído los indios, quedaron confusos en lo que harían y, después de haber habido sobre ello muchos y diversos pareceres, uno de los compañeros dijo más advertidamente: «Señores, por muchas razones me parece que no vamos bien acertados en este viaje porque, no habiendo querido salir esta mujer con los indios principales que le llevaron la primera embajada, antes habiendo mostrado pesadumbre con ella, no sé cómo recibirá la nuestra, que ya nos consta que no gusta de venir donde el gobernador está y podría ser que, sabiendo que vamos a le hacer fuerza, tuviese gente apercibida para defenderse y también para ofendernos, y, cualquiera de estas cosas que intente, no somos parte para le contradecir ni para nos defender y volver en salvo porque no llevamos caballos, que son los que ponen temor a los indios.
Y, para las pretensiones de nuestro descubrimiento y conquista, no veo que una viuda recogida en su soledad, sea de tanta importancia que hayamos de aventurar las vidas de todos los [que] aquí vamos por traerla sin haber necesidad de ella, pues tenemos a su hija, que es la señora de la provincia, con quien se puede negociar y tratar lo que fuere menester. Demás de esto, no sabemos el camino, ni lo que hay de aquí allá, ni tenemos guía de quien podamos fiarnos, sin lo cual, la muerte tan repentina que ayer se dio el embajador que traíamos nos amonesta que nos recatemos, porque no debió de ser sin algunas consideraciones de las que he dicho.