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Lo que hicieron los españoles después de la batalla de Mauvila, y de un motín que entre ellos se trataba

Como en la batalla de Mauvila se hubiese quemado todo lo que llevaban para decir misa, de allí adelante, por orden de los sacerdotes, se componía y adornaba un altar los domingos y fiestas de guardar, y esto cuando había lugar para ello, y se revestía un sacerdote de ornamentos que hicieron de gamuza a imitación del primer vestido que en el mundo hubo, que fue de pieles de animales, y, puesto en el altar, decía la confesión y el introito de la misa y la oración, epístola y evangelio, y todo lo demás, hasta el fin de la misa, sin consagrar, y llamábanla estos castellanos misa seca, y el mismo que la decía, u otro de los sacerdotes, declaraba el evangelio y sobre él hacía su plática o sermón. Y con esta manera de ceremonia que hacían en lugar de la misa se consolaban de la aflicción que sentían de no poder adorar a Jesucristo Nuestro Señor y Redentor en las especies sacramentales, lo cual les duró casi tres años, hasta que salieron de la Florida a tierra de cristianos.
Ocho días estuvieron nuestros españoles en las malas chozas que hicieron dentro en Mauvila y, cuando estuvieron para poder salir, se pasaron a las que los indios tenían hechas para alojamiento de ellos, donde estuvieron más bien acomodados.