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Fairly Difficult

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Prosiguen las crueldades de los guachoyas y cómo el gobernador pretende pedir socorro

No contenta la saña de los guachoyas con lo que en la hacienda y difuntos de Anilco habían hecho ni satisfechos con verse restituidos en sus banderas y armas, pasó la rabia de ellos a otras cosas peores, y fue que a ninguna persona de ningún sexo ni edad que en el pueblo hallaron quisieron tomar a vida sino que las mataron todas, y con las más capaces de misericordia, como viejas ya en la extrema vejez y niños de teta, con ésas usaron de mayor crueldad, porque a las viejas, despojándolas esa poca ropa que traían vestida, las mataban a flechazos, tirándoles a las pudendas más aína que a otra parte del cuerpo.
Y a los niños, cuanto más pequeños, los tomaban por una pierna y los echaban en alto, y en el aire, antes que llegasen al suelo, los flechaban entre cinco o seis, o más, o menos, como acertaban a hallarse.