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Dos limosnas que la ciudad hizo para obras pías

Para tratar de la fundación de aquel hospital y de la limosna primera que para ella se juntó, me conviene decir primero de otra limosna que los vecinos de aquella ciudad hicieron a los religiosos del divino San Francisco, para pagar el sitio y el cuerpo de la iglesia que hallaron labrado; porque lo uno sucedió a lo otro y todo pasó siendo corregidor del Cozco Garcilaso de la Vega, mi señor.
Es así que estando el convento en Cassana, como hemos dicho, los frailes, no sé con qué causa, pusieron demanda a Juan Rodríguez de Villalobos, cuyo era el sitio y lo que en él estaba labrado, y llevaron carta y sobrecarta de la Chancillería de los Reyes para que les diesen la posesión del sitio, pagando a Villalobos lo que se apreciase que valían aquellos dos andenes y lo labrado de la iglesia.