Pertinacia y aflicciones del Gran Chimu, y cómo se rinde
Entre tanto que la guerra se hacía tan cruel y porfiada, llegaron los veinte mil soldados que el Príncipe pidió de socorro; con los cuales reforzó su ejército y reprimió la soberbia y altivez de Chimu, trocada ya en tristeza y melancolía por ver trocadas en contra sus imaginadas esperanzas; porque vio, por una parte, doblado el poder de los Incas, cuando pensaba que iba faltando; por otra, sintió la flaqueza de ánimo que los suyos mostraron de ver el nuevo ejército del enemigo, que como mantenían la guerra días había, más por condescender con la pertinacia de su señor que por esperanza que hubiesen tenido de resistir al Inca, viendo ahora sus fuerzas tan aumentadas desmayaron de golpe, y los más principales de sus parientes se fueron a Chimu y le dijeron que no durase la obstinación hasta la total destrucción de los suyos, sino que mirase que era ya razón aceptar los ofrecimientos del Inca, siquiera porque sus émulos y enemigos antiguos no enriqueciesen tanto con los despojos que cada día les ganaban, llevándose sus mujeres e hijos para hacerlos esclavos; lo cual se debía remediar con toda brevedad, antes que el daño fuese mayor y antes que el Príncipe, por su dureza y rebeldía, cerrase las puertas de su clemencia y mansedumbre y los llevase a fuego y a sangre.
Con esta plática de los suyos (que más le apareció amenaza y represión que buen consejo ni aviso) quedó del todo perdido el bravo Chimu, sin saber dónde acudir a buscar remedio ni a quién pedir socorro; porque sus vecinos antes estaban ofendidos de su altivez y soberbia que no obligados [a] ayudarle, su gente acobardada y el enemigo pujante. Viéndose, pues, tan alcanzado de todas partes, propuso en sí de admitir los primeros partidos que el Príncipe le enviase a ofrecer, mas no pedirlos él, que no mostrar tanta flaqueza de ánimo y falta de fuerzas. Así, encubriendo a los suyos esta intención, les dijo que no le faltaban esperanzas y poder para resistir al Inca y salir con honra y fama de aquella guerra mediante el valor de los suyos.
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