Gana el Inca las provincias rebeldes, con hambre y astucia militar
El general Cápac Yupanqui no recibió alteración alguna con la soberbia y desvergonzada respuesta de los enemigos, porque, como magnánimo, iba apercibido para recibir con un mismo ánimo las buenas y malas palabras y también los sucesos; mas no por eso dejó de apercibir su gente, y, sabiendo que los contrarios se retiraban a sus plazas fuertes, dividió su ejército en cuatro tercios de a diez mil hombres y a cada tercio encaminó a las fortalezas que más cerca les caían, con apercibimiento que no llegasen con los enemigos a rompimiento, sino que les apretasen con el cerco y con la hambre, hasta que se rindiesen.
Y él se quedó a la mira, con el príncipe su sobrino, para socorrer donde fuese menester.
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