Only page of capítulo
104
19
Moderate

24
Del jardín de oro y otras riquezas del Templo, a cuya semejanza había otros muchos en aquel Imperio

Volviendo a la fuente, digo que al cabo de los seis o siete meses que estuvo perdida, unos muchachuelos indios, andando jugando por el arroyo, vieron el manantial del agua que salía por el caño quebrado y azolvado.
Con la novedad del agua se llamaron unos a otros hasta que llegó la nueva a los indios mayores, y de ellos a los españoles, los cuales, sospechando que era el agua que se había perdido al convento, porque era cerca de él, descubrieron el viaje de los caños, y, viendo que iban hacia la casa, se certificaron en la sospecha y dieron aviso a los religiosos.