De lo que Luisa y Teodoro trataron, y de lo que éste hizo después
La comitiva se detuvo en la puerta de la casa de la bruja. El Ahuizote pagó algo a los que le habían acompañado y se retiraron llevándose la silla. Luisa y el Ahuizote entraron seguidos de Teodoro, a quien no habían visto hasta aquel momento, porque los había seguido cautelosamente.
El Ahuizote le miró con extrañeza, pero Luisa le reconoció al punto.
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