De cómo ganaba sus pleitos el ilustrísimo señor don Juan Pérez de la Cerna
Comenzaba a amanecer el día 4 de julio de 1615 y todos los vecinos de la gran casa, en que han tenido lugar las primeras escenas de esta historia, se despertaban espantados por un ruido inmenso y desacostumbrado.
En el patio y en los corredores, más de diez campanas de mano llamaban a misa, se oían golpes en las puertas y en las ventanas de todas las habitaciones y voces de hombres que decían:
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