Don Pedro de Vergara Gaviria subió las escaleras de palacio en busca del virrey, más bien con el deseo de observar el número y el ánimo de los defensores, que con el de procurar el remedio del tumulto.
Con poca gente contaba el marqués de Gelves para la resistencia. Sin prevención alguna para un lance de aquella naturaleza, el parque para los arcabuces era escasísimo, y en lo que se llamaba armería no existían más que algunas alabardas y picas rotas, y algunas ballestas y arcabuces completamente inútiles, de tal manera que el virrey no había podido ni armar a la servidumbre de palacio.
Sign in to unlock this title
Sign in to continue reading, it's free! As an unregistered user you can only read a little bit.