Cerca ya de la media noche, doña Fernanda se acercó al virrey, que en medio de un numeroso grupo de damas y caballeros estaba.
-Como V. E. nada ha querido tomar -le dijo- de cuantos refrescos se han servido, he mandado disponer para V. E. una mesa en el comedor, y espero que admitirá mi compañía durante la cena.
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