Don Gaspar Henríquez ofreció a Daniel que cortaría las relaciones amorosas de doña Juana y don Guillén.
Aquella promesa era terrible para un padre como don Gaspar, que había prometido a su hija que sería la esposa de don Guillén; que comprendía el ardiente amor de la joven; que conocía que impedirle que siguiera amando a don Guillén era condenarla a la muerte.
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