-Si el ardiente deseo -dijo don Guillén- que me anima para conquistar la independencia de esta tierra, y sacar a sus hijos del cautiverio en que gimen, no embargara mi espíritu completamente, sin dar lugar a otra reflexión, sin duda que me asombraría la magnitud de la empresa que vamos acometiendo y la suprema dignidad con que me habéis investido.
»Reyes y emperadores, cuenta la historia que ascendieron al solio por la voluntad de los pueblos y por el esfuerzo de su brazo, antes que por derechos de la sangre y de la herencia.
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