Donde se cuenta cómo entró Martín a la casa de don Pedro de Mejía y otras cosas
Don Alonso de Rivera esperó la noche de la cita al personaje que le había anunciado Lázaro. Don Pedro seguía cada vez más enfermo, su postración era grande, y no quería absolutamente confesarse; creía que con esto aceleraba el momento de su muerte.
Don Alonso comenzaba a tener miedo a la Inquisición y, sobre todo, a que se apoderase de los bienes.
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