Cómo Garatuza conoció a un amigo y fue reconocido por otro
El virrey se preparó a dar audiencia y recibir felicitaciones y Garatuza, que comprendió que allí nada tenía que hacer, sin decirle palabra de lo que había pasado con don Baltasar, salió a la calle ostentando su librea de la servidumbre del marqués de Cerralvo.
No faltaban en la plaza multitud de curiosos que ansiaban conocer al nuevo virrey, a quien no habían podido ver la víspera.
Sign in to unlock this title
Sign in to continue reading, it's free! As an unregistered user you can only read a little bit.