A dónde llevaba el padre Salazar a su hermano don Leonel
Daban el toque de ánimas en todas las iglesias; la noche estaba oscura, y don Leonel, siguiendo a su hermano, caminaba sin hablar una palabra. Cada uno iba preocupado con su idea.
Atravesaron gran parte de la ciudad, dirigiéndose a la calle de Iztapalapa. Al principio de su viaje encontraron muy pocos transeúntes; pero al llegar casi al fin de la calle de Iztapalapa, por el lado del sur, Leonel creyó observar algunos hombres ocultos unas veces en las cerradas puertas de las casas, recatándose otras en las esquinas.
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