De cómo la vieja doña Catalina oyó terribles verdades
Doña Esperanza, con el alma destrozada, llegó hasta la cámara nupcial seguida de doña Catalina, la anciana, que había servido para formar todo aquel enredo y de otras varias personas.
Don Alonso quería representar el papel de marido joven y apasionado, a pesar de la frialdad y esquivez de doña Esperanza.
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