En donde se verá de todo lo que era capaz la vieja doña Catalina
En una casita aislada al oriente de la ciudad de México y a orillas del triste lago de Texcoco, estaba encerrada desde el día en que la robaron, doña Esperanza de Carbajal.
La casita constaba sólo de dos piezas: una interior, que era la que servía de prisión a doña Esperanza, y que tenía una ventana con una fuerte reja para la calle y una puerta para la pieza siguiente, que servía de habitación a Guzmán, guardia y carcelero de la joven.
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