-Mi padre -continuó Paulita- estuvo enfermo tres meses; la miseria llegó a nuestra casa; los primeros días muchas personas caritativas nos ayudaban. Pero, ¡ay!, Lucas, la caridad, por desgracia, se cansa pronto, y la curación de mi pobre padre era muy larga.
"Sanó por fin, pero estaba completamente ciego: no tenía ojos.
Sign in to unlock this title
Sign in to continue reading, it's free! As an unregistered user you can only read a little bit.