-Mi padre era un honrado albañil que ganaba penosamente la vida; tenía dos hijas, yo, que era la mayor, y otra niña que contaba cuatro años menos. Con muchísima pobreza, pero mi padre sostenía a su familia, y quería mucho a su mujer y sus dos hijitas. Jamás tomaba pulque ni se emborrachaba. Los domingos por las tardes no salía de casa, contándome cuentos o jugando con mi hermanita.
"Mi padre era el marido que envidiaban todas nuestras vecinas. Siempre estaba formando proyectos para cuando yo creciera y para cuando Dios le abriera camino para remediar nuestras necesidades, que en verdad eran muchas.
Sign in to unlock this title
Sign in to continue reading, it's free! As an unregistered user you can only read a little bit.