Julia se encerró en la cámara y no quiso volver sobre cubierta para nada; se sentía sola, enteramente sola, porque la señora Magdalena apenas le dirigía la palabra, y aprovechaba toda oportunidad para alejarse de ella.
En el concepto de la señora Magdalena, Julia había deshonrado a la familia declarándose esposa de Brazo-de-acero, que cuando más era un cazador de toros en la Española, y cuando menos un pirata.
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