La ciudad presentaba un cuadro aterrador; las calles oscuras, las puertas de las casas rotas, fragmentos de muebles por todas partes, y por todas partes también grupos de piratas o de hombres perdidos de la población en completo estado de embriaguez, cantando coplas indecentes y llevando en sus brazos jóvenes hermosas de las principales familias de la ciudad, que habían tomado como parte de botín, para saciar sus brutales apetitos, y esto quizá pasando aquellas desgraciadas sobre los cadáveres y la sangre de sus padres y de sus hermanos.
Aquélla era una espantosa y sangrienta bacanal.
Sign in to unlock this title
Sign in to continue reading, it's free! As an unregistered user you can only read a little bit.