Doña Estefanía no volvió en toda la mañana, pero Mondragón llegó a cosa de las doce: había conseguido la orden para que saliera en libertad Caralmuro, dando cinco mil pesos más, de manera que el hombre venía alegrísimo.
Encontró a Leonor conversando con doña Salvadora, y por supuesto que al comunicarles la noticia, también ellas se pusieron contentas.
Sign in to unlock this title
Sign in to continue reading, it's free! As an unregistered user you can only read a little bit.