Cuando Valdespino salió de la prisión de Alejandra, serían las cinco de la tarde, y se dirigió a su casa de la calle de Montealegre.
La vieja Pilar platicaba cosiendo en el corredor y sentada en el suelo, con Ramona, la viuda del tío Lalo, que abandonó en tierra caliente a su marido, atacado de hidrofobia, y acompañada de Cacomixtle se refugió en México en la casa de don Celso.
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