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Fairly Easy

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Pruébase la verdad del refrán que dice: «Cría cuervos, y sacarte han los ojos»

Hernán Cortés, ese gigante de valor y arrojo, que cayó en medio del poderoso imperio azteca como un aerolito de acero, venido de ignoradas regiones, y que no contento con que la inmensa y movediza superficie del océano que le separaba de su patria, hubiera guardado en el más profundo silencio el rumbo que había llevado, hasta tocar las arenosas playas del Nuevo Mundo, quemó las naves que le condujeron, como para borrar hasta la esperanza del retorno. Después de sus fabulosos triunfos, había llegado a ser un objeto de envidia para los grandes de España, y de desconfianza para el emperador.
El pobre y desconocido hidalgo de Medellín, era ya más que un duque, y casi tanto como un rey.