Only page of capítulo
102
46
Fairly Easy

2
En el que se verá cómo Juanilla no sabía "que con una piedra se matan muchos pájaros"

La noche tendió sobre México su negra y densa oscuridad; la ciudad fue apagando sus luces y sus ruidos; los paseantes se retiraron a sus hogares, y llegó un momento en que no se escuchaba ni se veía nada; los genios de las sombras podían decir: «He aquí una ciudad muerta».
Sin embargo, si alguno hubiera cruzado por la calle que pasaba a la espalda del palacio de Hernán Cortés, habría podido notar que se abría misteriosamente, en el piso bajo, una de las ventanas de la habitación que en aquel palacio ocupaba la mujer de Martín Dorantes, el paje favorito de Cortés.