De cómo hubo un doctor que en vez de curar a su enfermo agravó su mal
Poco tardó en saberse en la corte que don Fernando de Valenzuela estaba retraído en el convento del Escorial.
Todos eran enemigos suyos en aquella hora, no porque realmente le aborrecieran, sino por hacerse agradables a los ojos del rey y de don Juan de Austria, cuyo odio hacia don Fernando era muy conocido.
Sign in to unlock this title
Sign in to continue reading, it's free! As an unregistered user you can only read a little bit.