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Fairly Easy

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De cómo hubo una dama que se encargara de referir a la corte quién era el duende, y de cómo la reina se encargó también de probar que esa dama tenía razón

Valenzuela cerraba apenas la puerta de su habitación, cuando de uno de los salones por donde él había atravesado, y que precisamente era aquel en que la reina se había despedido, salió misteriosamente una sombra.
A la incierta y pálida claridad de la mañana que comenzaba a penetrar por algunas ventanas, se pudo descubrir que aquella sombra que con extremada precaución tomó un camino distinto del que había seguido Valenzuela, no era otra que doña Inés de Medina.