De cómo se fueron complicando para Valenzuela los negocios en la corte
Don Fernando vaciló interiormente un poco, pero al fin decidióse, y procuró encontrar ocasión de hablar a doña Inés, cosa que no fue muy difícil.
El príncipe avanzaba hacia Madrid, la agitación crecía en la corte, y en aquellos momentos de crisis, aun los que no se conocen se hablan, se platican, y se preguntan recíprocamente, Valenzuela comenzó por saludar a doña Inés, y contra lo que él esperaba, la joven estuvo de lo más amable.
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