La llama arrebola la negra cocina, Pone Maritornes magras de cecina En las sopas cáusticas de ajo y pimentón. El Jaque se vuelve templando el guitarro, A la moza tose por que sirva un jarro Y oprime los trastes pulsando el bordón.
La jeta cetrina, zorongo a la cuca, Fieltro de catite, rapada la nuca, El habla rijosa, la ceja un breñal. Cantador de jota, tirador de barra, Bebe en la taberna, tañe la guitarra. La faja violeta esconde un puñal.
Crepúsculo malva. Puerta de la villa Sobre los batanes. Bajan a la orilla Del Ebro, las recuas. Lento tolondrón. Templa la guitarra el gañán avieso, Y el agudo galgo roe sobre un hueso En la laureada puerta del figón.
Al coime que pone vino en las corambres Enseña las ligas de azules estambres La moza encorvada sobre el fogaril. Y por amarillos vanos de pajares Los mozos de mulas llevan sus cantares, Disputas por naipes y gay moceril.
El jaque merienda con dos bigardones De fusta, zamarro, roñosos zajones Y gorra orejera de pelo de can. Hecha la merienda juegan al boliche, En medio del juego hablan sonsoniche, Demandan el gasto, pagan y se van.
Tejados haldudos de lejana villa, Que en el horizonte es toda amarilla Sobre la desnuda corva de un alcor… En el campanario la flaca cigüeña Esconde una pata y el misterio enseña: La villa amarilla toda, es resplandor.
Figón del Camino: Votos arrieros, Piensos de cebada, corral con luceros, Por los corredores la luz de un candil. Lejanas estrellas hacen gorgoritos En el cielo zarco. En los monolitos Del camino, fuma la Guardia, Civil.
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