Only page of capítulo
71
15
Fairly Easy

5
CAPÍTULO V

Aquiles, mudo, insensible a todo, miraba fijamente ante sí con los ojos extraviados. Y allá en el fondo de las pupilas cargadas de tristeza, bailaban alegremente las llamitas de oro, que, poco a poco, iban consumiendo el único tesoro del bohemio. La Condesa se enjugó los ojos, y afanosa por ahogar los latidos de su corazón de mujer compasiva, arrojó de una vez todas las cartas al fuego.
Aquiles se levantó temblando: