Comedor de caobas. Aparatosa magnificencia de cristales y argentería: Frutas antillanas y flores del Turia: Beatos silencios: Efusiones cordiales. Humo de regaladas brevas. El plafón de nubes mitológicas descendía a las copas del champaña con un vuelo de ninfas en el gusto del Segundo Imperio. Espuma de anécdotas. En los fastos isabelinos fueron famosas las comidas del Marqués de Salamanca: Ilustres por las sales del ingenio y los perifollos de la cocina francesa. El prócer de las finanzas, puesta la lumbre en el veguero y a punto de abandonar los manteles, hizo lectura de un telegrama expedido en Cádiz:
-Cargamento detenido. Levante fresco. Tiempo inseguro. Tormenta probable. Escuadra al pairo. El alma en un hilo con el cargamento en tierra. Notable aumento giros Londres. Telegrafiaré novedades.
Sign in to unlock this title
Sign in to continue reading, it's free! As an unregistered user you can only read a little bit.