El Marqués de Salamanca se alzó con pereza, empuñando un luciente llavero, y el brillante cronista comenzó a moverse con títere de monosabio:
-El periódico atraviesa una terrible crisis monetaria. Cobramos en sellos de franqueo, cuando cobramos… Doy este paso obligado por las circunstancias. El periódico debía haberme mandado a San Sebastián. La vida de sociedad está hoy en la Bella Easo.
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