El General Prim recibió el despacho en Calais. Venía reexpedido por Simón Larrocha. -Salvador Damato. Lo leyó entre los apuros de la partida para Londres. Don Ruiz, en el buró, recogía los pasajes. Un mozo cargaba las maletas en el ómnibus, a la puerta del hotel. El General, con el abrigo al brazo, gorra inglesa de viaje, falsos tacones y una lujosa cartera en banda, paseábase bajo la marquesina de cristales.
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