Page 1 of 2
53
94
Easy

31
CAPÍTULO XXXI

Fermín Salvochea, con silenciosa obstinación, esquivo a todo regalo corporal, se había vuelto al refugio penitente del sollado: Leía a la luz de un cabo de vela. La Sofi, sentada en las tablas del suelo, la sien reclinada en un baulete, contemplaba aquella luz con ojos tristes:
-¡Muy sabio debes de ser leyendo tanto!