El palacio de los Marqueses de Torre-Mellada estuvo en la Costanilla de San Martín. El Palacio de los Picos le decían por el ornamento del muro. Aquel caserón, con gran portada barroca, rejas y chatos balcones montados sobre garabatos de hierro, fue, en las postrimerías del reinado isabelino, lugar de muchas cábalas y conjuras políticas. La crónica secreta conserva en donosos relatos y malignas hablillas el recuerdo del vetusto caserón con rejas de cárcel y portada de retablo, la clásica portada de los palacios de nobles en Madrid.
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