Don Felipito entró en el Café de Platerías. La coima sin edad que vendía fósforos, aleluyas, gomas y calendarios, le detuvo en la puerta:
-Han estado los del Orden. Se llevaron a los de El Gil. Dicen que mañana salen en cuerda. A mí me quitaron tres números de El Alacrán. No me quedaban más, si más me quedan, igualmente se los llevan. ¡Ya no se puede vivir! Usted, Don Felipito, si trae algún papel de los subversivos, anda expuesto.
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