Fanny, la yegua inglesa, elegante, desfallecida, romántica, tose y parece contagiada por la Dama de las Camelias. En torno del pesebre hacen junta mozos de cuadra y gañanes cortijeros. Tío Blas de Juanes, tascando la tagarnina, y por muestra de su luto la capa a cuestas, entró dando compañía a un vejete de levitín y castora, como los escribanos. Era Don Lope Calderete, mesonero, comadrón y albéitar en Solana del Maestre. Se pasó aviso al Señor Marqués. Don Lope, calándose las antiparras, inquirió si el animal mordía o coceaba, y tras el seguro que le dieron los mozos, procedió a mirarle los dientes. Luego, entrándose por el horcajo de los brazuelos, salió por el costado, sacudiéndose el levitín. Llegaba el Señor Marqués, y el albéitar le saludó con una genuflexión muy petulante: La mano extendida, y encorvándose con gesto de sacerdote africano, formuló su dictamen:
-Siempre se tropieza en la práctica con que estos pacientes no saben explicarse… Y el animal, salvo que sea inglés, no está mal sacado.
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