El Marqués de Torre-Mellada, Conde de Cetina y Villar del Monte, Señor de la Torre de Los Pedrones, adueñaba por estas antiguas casas muchas tierras de señorío en los términos de Solana del Maestre. Don Segis Olmedilla, gallo cuarentón y garboso, era el administrador, con residencia en Córdoba. Don Segis estaba en la estación, escoltado por una tropa de monteros uniformados con rodamonte y castoreño: Tenían con tal avío un aire de bandoleros cantando zarzuela. El Marqués, asomado a la ventanilla, los miraba complacido:
-¡Carolina, ha sido un acierto el nuevo uniforme! ¡Muy elegante! ¡Verdaderamente elegante! ¡No lleva mejor a sus monteros Benardino Frías!
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