En veinticuatro horas, la criada de los señores de Neira había mejorado notablemente.
Si no sobrevenía alguna complicación, estaba salvada. Don Máximo Baroja, antes de llevar adelante el sumario y darlo por concluso, había de antemano resuelto esperar a que la enferma se encontrase en perfecto estado de soportar un largo interrogatorio.
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