Una celda de pulcras cales. Por todo menaje, el catre, con el baúl a la cabecera; dos sillas, un aguamanil de hierro y una mesa de pino con libros y papeles. Pegado a la pared con obleas, dando el Quién vive a la puerta, el retrato de Bakunin. Fanfarrón y barbudo, el apóstol fuma su cachimba, encuadrado por rojos corondeles, en un número prospecto de La Campana. Asomó doña Paulita:
-Aquí, el Señor forense, desea hablarle.
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