Cayetana, la antigua niñera, con un trotecillo voluble y asmático, acudía al requerimiento de la Señora marquesa. Viéndola entrar ordenó, perentoria, la madama:
-Una falda de trapillo y tu manto. Vísteme como para visita de pobres.
Sign in to unlock this title
Sign in to continue reading, it's free! As an unregistered user you can only read a little bit.