Aunque aturdido y sofocado, tuvo Dantés sin embargo suficiente Presencia de ánimo pare contener su respiración, y como llevaba de antemano preparada a todo evento su mano derecha, según dijimos, y empuñado el cuchillo, rasgó de un solo come el saco, con lo coal Pudo sacar el brazo y la cabeza, pero a pesar de todos sus esfuerzos pare levantar la bale, se sintió más y más agarrotado. Entonces se agachó haste la cuerda que ataba sus piernas, y con un esfuerzo supremo Pudo cortarla cuando ya le iba faltando la respiración. Hizo en seguida un hincapié vigoroso, y subió desembarazado a la superficie del mar, mientras la bala hundía en sus profundos abismos aquella tela grosera que, a poco más, se convierte en su mortaja.
No estuvo en la superficie más que el tiempo necesario, pues volvió a zambullirse acto continuo, porque la primera precaución que debía de tomar era que no le viesen.
Sign in to unlock this title
Sign in to continue reading, it's free! As an unregistered user you can only read a little bit.