Al contemplar aquel rostro tan alterado, el rey Luis XVIII rechazó violentamente la mesa a que estaba sentado.
-¿Qué tenéis, señor barón? -exclamó. ¡Estáis turbado y vacilante! ¿Tiene alguna relación eso con lo que decía el conde de Blacas, y lo que acaba de confirmarme el señor de Villefort?
Sign in to unlock this title
Sign in to continue reading, it's free! As an unregistered user you can only read a little bit.