Vena y Doña Beatriz salieron al cabo de ocho días de la Veracruz, llenos de plata, de oro y de valiosas alhajas, custodiados por cuarenta lanzas jinetas. El camino fué una perpetua ovación. Los caciques, los justicias, los vecinos principales salían á recibir á los nobles personajes, y los banquetes y los obsequios eran continuados. Llegado á México, se alojó en una de las casas principales que los oidores le habían preparado, y á los tres días le mandaron respetuosamente pedir sus "provisiones" para darles cumplimiento.
El Licenciado contestó con la mayor franqueza y naturalidad, que él no había traído las "provisiones", porque el Virrey Velasco que estaba para llegar, las tenía y entonces serían vistas y cumplidas por todos los vasallos de S. M.
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